Ariel estuvo un año y tres meses preso, acusado de abuso sexual. Privado de su libertad y enfrentando el escarnio social, su vida y la de su familia cambiaron para siempre. Hace diez días, salió de la cárcel tras haber sido declarado inocente.
Quien relató el sufrimiento que atravesaron fue Elena Morón, una madre que no se detuvo desde el primer día y decidió realizar su propia investigación para sacar a su hijo de la cárcel.
“Estuvo quince meses preso solo por acompañar a una chica a tres casas”, comentó, refiriéndose a la mujer que fue víctima del abuso.
Días después de los hechos, cuando volvía del trabajo, Elena vio cómo oficiales de la Brigada se encontraban afuera de su casa, esperando a su hijo. Preguntó a los oficiales qué ocurría y le respondieron que era por presunta posesión de drogas. En ese momento, ingresó a su hogar, despertó a su hijo, lo hizo “sonar” y lo entregó a la policía.
Al dirigirse a la Fiscalía, le informaron que su hijo no estaba detenido por drogas, sino por violación, algo que la mujer aseguró que su hijo jamás haría. A partir de ese momento, comenzó a investigar el recorrido de la denunciante esa noche.
Según sus indagaciones, su hijo solo acompañó a la joven a su casa y luego volvió. La joven tuvo un problema en su domicilio y decidió salir nuevamente. Fue en ese momento que la vieron con otro muchacho, explicó.
“Donde lamentablemente la violaron, no entra cualquiera, solo quienes consumen, compran o son clientes. Es un asentamiento peligroso”, comentó.
Gracias a su investigación, Elena descubrió que el verdadero culpable sería un hombre apodado “Champú”, quien continúa libre.
Sobre su hijo, dijo que se demostró su inocencia, pero que dentro del penal sufrió mucho: “Imagínese un chico acusado de violación”. Actualmente, Ariel no tiene trabajo y está buscando retomar sus estudios.
