A partir de las 13 comenzará el debate en la Sala IV del Tribunal de Juicio, que se transmitirá por el canal de YouTube del Poder Judicial. El juicio contra el sacerdote, según lo previsto, se extenderá hasta el 8 de julio.
Rubén Agustín Rosa Torino llega a juicio acusado por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de F.F.G. y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto en perjuicio de A.E.A.
Por el Ministerio Público intervendrá la fiscal Verónica Simesen de Bielke. La defensa de Rosa Torino está en manos de Humberto Oliver y Fabio Núñez. El tribunal, en tanto, estará integrado por los jueces José Luis Riera (presidente), Mónica Mukdsi y Guillermo Pereyra (vocales).
Además de la transmisión de la primera audiencia, el tribunal tiene previsto el ingreso de periodistas según los criterios de capacidad permitida en el recinto en el marco de la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19.
El debate se llevará a cabo en la sala de Grandes Juicios.
Tras la lectura de la requisitoria de juicio, el tribunal interrogará al sacerdote a fin que exprese su deseo o no de prestar declaración indagatoria.
“De los diversos elementos reunidos en la investigación, particularmente las declaraciones testimoniales no solo de víctimas de los atroces actos de abuso consumados por el acusado, sino también de testigos presenciales de los hechos, surge con claridad meridiana que el imputado Rosa Torino, valiéndose de su condición de fundador y director del Instituto de los Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, ‘guía espiritual’ de la comunidad religiosa y aprovechando tal condición, desplegó conductas deshonestas en claro menoscabo de la libertad sexual de las víctimas”, señala el requerimiento de juicio.
Las fiscales establecieron que “dichas conductas afectaron la dignidad humana de las víctimas, al producir sufrimientos y humillaciones tanto por la intensidad de su duración como por la repetición de tales conductas vejatorias que dejaron huellas”.
Es así que, de la causa, “surge el temor fundado que todas y cada una de las víctimas sufrió hasta poder llegar a denunciarlo pues, tal como lo manifestaron, jamás podrían expresar tales situaciones, porque inmediatamente eran humillados en público o gritados o insultados”.
“El acusado, se aprovechó de la manifiesta superioridad sobre las víctimas para hacerlas objeto de actos de inequívoco contenido sexual, con tocamientos en sus partes genitales, en los casos de los denunciantes varones, y mediante el tocamiento en la cola y en el pecho a la víctima mujer”.