Hoy 19 de mayo, se cumplen 60 años de su trágica muerte, cuando este pequeño de tan solo 6 años fue asesinado por un familiar, luego de haberlo abusado sexualmente, constituyendo un crimen que horroriza hasta la fecha, dando inicio también a la creencia popular.
El Niño Protector de los estudiantes murió el 19 de mayo de 1963, víctima de violación y golpes. Su morada y santuario están en el Cementerio de la Santa Cruz. Nació el 26 de junio de 1956 en plena Puna cerca de Santa Rosa de Tastil junto a su mellizo Pablo, quien falleció a poco de ver este mundo. Su familia reside en Campo Quijano.
No es fácil recordar hechos de esta índole. Pero es necesario para conocer la historia de este niño, asesinado a los 6 años de manera brutal.
“El padre de los mellizos fue el jefe del Destacamento Policial de la Estación Gobernador Solá, del Ramal C-14, el comisario Julián Barboza. Este hombre, cuando Pedrito tenía 4 años, se lo pidió a Ángela para que su cuñada Purísima Copa lo críe en Salta capital”.
“La horrenda muerte de Pedrito Sanhueso a los 6 años, el domingo 19 de mayo de 1963, astilló los corazones de miles de salteños que hoy lo consideran “un niño milagroso, protector de los estudiantes”. Fue su primo Pablo Copa, un mecánico de 20 años, quien lo vejó y lo golpeó hasta creerlo muerto.
Llevó el cuerpo hasta un aljibe en la cortada de ladrillos “Robledo” y lo tiró. Con el agua, Pedrito volvió del desmayo. Copa buscó un palo largo y lo hundió hasta ahogarlo. El asesino negó todo pero fue detenido con su madre Purísima Copa. Ella había encontrado dos camisas ensangrentadas de su hijo y calló ante la Policía”.
“Ángela Sanhueso lo tuvo a los 33. Era pastora en La Capilla, a 3.000 metros, en Santa Rosa de Tastil. Vivía en un rancho de piedra con Demetrio (13) y Norberto (10), medio hermanos de Pedrito. El comisario Julián Barboza, jefe del Destacamento Estación Gobernador Solá, tuvo cuatro hijos con ella a quienes nunca asistió”.
La vivienda donde fue asesinado el niño corresponde hoy al barrio El Milagro, en el sur de nuestra capital salteña. Tanto el mecánico de 20 años, Pablo Copa, presunto autor del crimen como Purísima Copa, quedaron detenidos.
En el Cementerio de la Santa Cruz, año a año, miles de personas recorren el santuario de Pedrito Sanhueso, su historia permanece viva, y trasciende generaciones.