Una joven salteña de tan solo 15 años, llamada Brisa, intentó quitarse la vida arrojándose desde el puente Guandacaré, en Salvador Mazza. La adolescente estaba desesperada por el bullying constante que sufría en la escuela. Por un milagro, sobrevivió, aunque terminó con las dos piernas quebradas. Ahora se encuentra internada en Tartagal, con una larga recuperación por delante.
Según contó su mamá, Brisa venía sufriendo agresiones y burlas por parte de sus propios compañeros. La situación era tan grave que pidieron varias veces que le cambiaran el turno escolar para que pudiera estar en otro grupo. Lo más llamativo es que hasta el intendente del pueblo pidió ese cambio, pero la directora de la escuela no lo permitió: “Mi hija no aguantaba más. Hicimos todo para ayudarla, pero nadie nos escuchó. Ni siquiera la directora quiso hacer algo”, dijo su madre, totalmente quebrada.
Brisa cayó parada, lo que le provocó las fracturas en ambas piernas. A pesar de todo, está viva, y su caso encendió las alarmas.