Un trágico incidente en Tartagal ha conmovido a la comunidad y ha dejado al descubierto la necesidad de una atención médica más responsable y sensible. Gilda Rojas, una joven wichi de 19 años, falleció tras sufrir negligencia médica, y su familia, desgarrada por la pérdida, llevó su ataúd al hospital Juan Domingo Perón en señal de protesta.
La historia de Gilda es un relato desgarrador de demoras y desatención. Durante días, esperó un traslado al hospital de Salta mientras su salud se deterioraba.
Su familia afirma que su condición empeoró debido a la negligencia médica en Tartagal. Los médicos, en lugar de brindarle una atención adecuada, le administraron calmantes. Finalmente, cuando Gilda fue trasladada al hospital en Salta, ya era demasiado tarde. Los médicos explicaron que los medicamentos recetados en Tartagal empeoraron su situación, y llegó con muerte cerebral.
La familia de Gilda, en su dolor y enojo, decidió llevar el ataúd de su amada hija y hermana al hospital como un acto de protesta. No solo buscaban justicia para Gilda, sino también asegurarse de que nadie más tuviera que enfrentar una tragedia similar debido a la negligencia médica.
