El Senado de la Nación rechazó los nombramientos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, dos jueces que habían sido designados por decreto por el presidente Javier Milei, sin acuerdo parlamentario. La decisión reaviva un conflicto institucional que ahora deberá resolver la Corte Suprema.
Según explicó el abogado Napoleón Gambetta en su columna por Aries, Milei recurrió a la figura de “designación en comisión”, permitida por la Constitución solo durante el receso legislativo, para nombrar a ambos magistrados en la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, esta figura es excepcional y limitada en el tiempo: los jueces pueden ejercer hasta que el Senado se expida, como finalmente ocurrió.
Al retomar las sesiones, la Cámara Alta rechazó ambos pliegos, lo que deja en una situación incierta el futuro de los jueces. Para agravar el panorama, el juez Ramos Padilla dictó una cautelar contra García-Mansilla, impidiéndole firmar fallos.
Ahora, la discusión se trasladó al máximo tribunal mediante un per saltum, que deberá definir si García-Mansilla puede continuar en funciones y qué validez tienen los fallos que ya firmó.
“El caso pone en juego el equilibrio de poderes, los límites del Ejecutivo y el rol de control del Senado”, concluyó Gambetta.
Fuente: ArienOnLine