Margarita Quispe vive en Cerrillos, y hace 12 años que realiza la novena de la Virgen de Urkupiña en su casa. Al principio, solo participaba la familia: sus hijos, sobrinos, hermanos, y cuñados. Hoy, de a poco, los devotos de la Virgen se multiplican y se acercan con su fe a la casa de Margarita.
Su historia con la Virgen tiene un nombre: Francisco, su hijo menor, de 12 años, quien nació gracias a la fe y los pedidos a la “Mamita”.
“Hace 12 años, cuando quedé embarazada de Francisco, los médicos me dijeron que, debido a mi edad, mi hijo no iba a nacer bien. Me dijeron que no iba a poder caminar, que no hablaría, que tendría cientos de problemas de salud. Estaba tan mal, pasé todo mi embarazo con esa idea en la cabeza. Rezaba, rezaba para que mi hijito naciera bien. Fue entonces cuando mi suegra me sugirió que le rezara a la Virgen de Urkupiña, y así lo hice. Mi hijo nació sin problemas. Ahí está, caminando, jugando, yendo a la escuela. Todo bien. Desde ese momento, le hago la novena a la Virgen”, contó Margarita, entre lágrimas y emoción, recordando lo que vivió hace 12 años y cómo todo aquello quedó como un mal recuerdo”, dijo Margarita a El Tribuno.
Desde el nacimiento de Francisco, Margarita no deja de rendir honores a la imagen de la Virgen cada año.