Este fin de semana, las redes sociales se inundaron con el rostro de Romina Navarro, una joven de 23 años que estuvo desaparecida durante cinco días.
Afortunadamente, Romina fue encontrada con vida, pero los detalles que brindó su padre, José Moya, son totalmente horrendos.
“Mi hija fue secuestrada por una pareja con problemas de adicción que la mantuvo cautiva en una precaria casilla de plástico y madera”, dijo a el padre de la joven a QPS.
“Ella se encontró con esta pareja que, amenazándola con un cuchillo, le ordenó que se quedara callada y los siguiera”, contó. Bajo amenazas y golpes, los secuestradores la llevaron caminando hasta una improvisada vivienda en el barrio Rosedal, donde la mantuvieron encerrada”, añadió.
“La obligaban a buscar entre los desechos y cuando encontraba algo de valor, como una bota nueva que vendieron por 10 mil pesos, la forzaban a entregarles todo. Incluso, la obligaban a pedir comida a los vecinos, pero todo lo que conseguía lo vendían, y a ella la hacían comer de la basura”, detalló Moya.
El domingo, durante la procesión de San Cayetano, la mujer que la mantenía cautiva se dirigió a la zona del Templete para cobrar estacionamiento a los vehículos, dejando a Romina sola con el hombre en la casa. Antes de irse, la secuestradora la amenazó: “Ya vengo, voy por unas cosas, no te vayas a escapar que te voy a matar”. Sin embargo, Romina aprovechó esos minutos para escapar, haciendo un boquete en la casilla y huyendo a toda prisa.
Desesperada, la joven intentó pedir ayuda a los vecinos, suplicando que le prestaran un teléfono para llamar a su padre. “Nadie quería ayudarla porque tenían miedo”, añadió Moya, visiblemente afectado por la situación.
Antes de escapar, Romina habría encontrado una tarjeta de SAETA. Esta fue clave para su regreso a casa, ya que la utilizó para llegar de inmediato a su domicilio.