A pesar de los esfuerzos del Gobierno por establecer nuevos acuerdos de precios, las consultoras privadas anticipan que la inflación en Argentina continuará siendo un desafío en el mes de agosto, estimando un aumento del 11%. Este preocupante pronóstico se debe al impacto de la devaluación del peso ocurrida después de las recientes elecciones primarias (PASO) y la creciente incertidumbre política que prevalece en el país.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) tiene previsto revelar el miércoles la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a agosto. Se espera que esta cifra alcance los dos dígitos, reflejando así la devaluación de la moneda tras las PASO, que sacudió los mercados y la confianza de los inversores.
El mes de julio ya vio un aumento significativo del 6,3% en el IPC, un incremento de 0,3 puntos en comparación con junio, cuando se situó en el 6%. Esto significa que en los primeros siete meses del año, la inflación minorista acumuló un 60,2%, y en los últimos 12 meses, un alarmante 113,4%.
La aceleración de la inflación en la segunda mitad de julio ha dejado una base alta para septiembre, lo que lleva a los analistas a anticipar que este mes, debido al “efecto arrastre”, la inflación podría nuevamente superar los dos dígitos. A pesar de las medidas implementadas por el Gobierno para contener los aumentos, se prevé que otros factores añadirán presión a los precios en los meses venideros, planteando un desafío continuo para la economía argentina.