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Lograron juntar el dinero para operar a Juan, un hombre que perdió su pierna en “la curva del INTA”

En medio de la desgracia un destello de solidaridad iluminó la vida de Juan Rodríguez, el vecino de Cerrillos del barrio Juan Pablo II , al que un accidente automovilístico en la peligrosa “curva del INTA”, en la ruta nacional 68, le devastó su vida. La comunidad respondió ante el impactante siniestro que dejó a Juan con heridas que cambiarán su vida: una pierna amputada y un brazo al borde de la pérdida.

Pero en medio de la adversidad, el espíritu de solidaridad surgió con fuerza. Desde todos los rincones del Valle de Lerma y Salta capital numerosas personas respondieron con una generosidad abrumadora.

La esposa de Juan, Yolanda Vilte, es testigo de cómo la comunidad se unió para hacer una diferencia. A través de donaciones de contribuciones grandes y pequeñas, y el poder compartir la historia de Juan en redes sociales y medios de comunicación, la comunidad demostró que la empatía y el apoyo mutuo no son solo palabras vacías, sino acciones poderosas.

“Nos ayudó un montón la solidaridad de la gente, se acercó mucho, nos donaron un millón 25 mil pesos que con otro aporte de mis hijos completamos el millón 258 mil pesos que nos hacía falta. Son dos operaciones fundamentales para la rehabilitación de mi marido”, contó.

La mujer agradece a todos; las dos operaciones que necesita su marido serán vitales. Su pelvis y la mano izquierda están con múltiples fracturas, como el brazo del mismo lado del cuerpo de Juan. El albañil perdió su pierna izquierda apenas sufrió el tremendo accidente del domingo 13 de agosto. Yolanda dice que él está de ánimo, aunque está preocupado por su futuro. “Tiene sus altas y bajas. Por ahí está con ánimo, quiere salir de la internación. Otros días está cabizbajo, sin pierna y con las complicaciones de su cadera”.

A pesar de estar respaldado como trabajador, tanto por su obra social, como por el seguro del automotor, ambos entes parecen haber dado la espalda a sus responsabilidades, negándose insensiblemente a proporcionar la cobertura necesaria. Las próximas cirugías y los materiales médicos necesarios se vuelven una necesidad imperiosa, mientras la asistencia sigue siendo negada.

“La obra social de mi marido dice que es responsabilidad del seguro y el seguro dice que todo debe ser cubierto por la obra social. Mi marido no puede esperar y a pesar de estar estable, su salud pende de un hilo”, grafica la situación Yolanda.