En el inicio de la Cuaresma, una época tradicional de reflexión y preparación espiritual para la Pascua, los habitantes de Salta han expresado sus principales preocupaciones: la creciente inseguridad y la difícil situación económica que afecta a las familias.
Durante las celebraciones religiosas y encuentros comunitarios, muchos salteños han manifestado su deseo de vivir en una ciudad más segura y con mejores oportunidades laborales. “Antes pedíamos salud o unión familiar, pero ahora la inseguridad es lo que más nos preocupa. Queremos poder caminar tranquilos por las calles”, comentó Marta Juárez, vecina del centro de la ciudad.
En paralelo, comerciantes y trabajadores se enfrentan a un panorama económico desafiante. “Las ventas han bajado mucho, y la inflación no nos deja respirar. Es difícil llegar a fin de mes”, explicó Roberto López, dueño de un pequeño almacén.
Las autoridades locales han reconocido estas inquietudes y aseguraron que están trabajando en medidas para reforzar la seguridad y apoyar a los sectores más afectados por la crisis económica. Sin embargo, muchos ciudadanos esperan que estas promesas se traduzcan en acciones concretas.
Mientras tanto, la comunidad salteña continúa su camino cuaresmal con esperanza, fe y el deseo de un futuro más próspero y seguro.
