“A partir de ahora nace una historia muy importante en la justicia argentina. Estamos conformes. Empieza una nueva etapa en nuestra vida. Esperemos que a nosotros nos traiga un poco de tranquilidad”, dijo Graciela acompañada de su esposo Silvino.
Y añadió: “Ahora vamos a aprender a convivir con el dolor. Estoy conforme y puedo sonreír un poco”.
“Es difícil, pero de a poco voy aprendiendo a convivir con el dolor. Extraño muchísimo a mi hijo. Su sacrificio quedó trunco en el camino. Siempre lo recordaré, a vece trato de ver videos de él para escuchar su voz”, contó.
Y añadió: “Todavía tengo sus cosas intactas, pero algún día tendré que hacer algo porque Fer no va a volver nunca. Cuando voy al cementerio tengo ganas de sacarlo de ese lugar y traerlo conmigo un ratito. Hoy después de la sentencia sentí una luz y pienso que tengo que dejarlo volar para que él descanse en paz”.