En una muestra impresionante de fe y devoción, un peregrino anónimo originario de San José de Metán, ubicado a 175 kilómetros de Salta Capital, emprendió una peregrinación única hacia la Catedral de Salta llevando una cruz de enormes dimensiones, aproximadamente 3.5 metros de altura.
El devoto caminó con esta cruz sobre sus hombros como un acto de profundo sacrificio y devoción en honor al Señor y la Virgen durante la festividad del Milagro. Aunque su identidad no ha sido revelada, su determinación y compromiso son evidentes.
Este gesto conmovedor se suma a las historias inspiradoras que el Milagro trae consigo cada año, recordándonos la importancia de la fe y la tradición en la vida de la comunidad salteña. Tras cumplir su promesa, la cruz será donada, siguiendo la generosa tradición de peregrinos anteriores. ¡Bienvenido y gracias por tu sacrificio y devoción!