A fines de noviembre de 2024, una mujer de 25 años denunció ante la Justicia a su expareja, un entrenador personal de 29 años, con quien había mantenido una relación durante cuatro años.
Los detalles de la denuncia eran escabrosos e irreproducibles. La joven aseguraba haber sido víctima de abuso sexual en una vivienda de la zona sudeste de Tartagal, donde, según su relato, el hombre la habría sometido sin contemplaciones cuando ella lo visitó para hablar sobre temas laborales.
En la denuncia, la mujer —madre de un niño pequeño— describió con lujo de detalles cómo, supuestamente, fue atacada brutalmente y cómo el agresor no mostró ningún tipo de arrepentimiento. Dijo haber huido despavorida tras el primer abuso, y luego agregó que regreso a buscar sus pertenencias, allí sufrió una segunda agresión sexual, incluso más violenta que la anterior, durante la cual el entrenador habría intentado ahorcarla.
Tras la denuncia, el Juzgado y la Fiscalía de Violencia de Género de Tartagal actuaron rápidamente. La defensa del acusado solicitó un examen médico legal, y el informe determinó que la mujer no presentaba lesiones recientes, sino marcas antiguas.
“NO SE PRESENTABA”
A pesar de la gravedad de los hechos denunciados, la mujer no se presentaba ante la justicia para ratificar ni ampliar sus dichos. Recién se hizo presente el 13 de marzo, tras ser advertida de que sería llevada por la fuerza pública en caso de no cumplir con el requerimiento.
Ese día, frente a las autoridades, admitió que los abusos denunciados nunca ocurrieron. Reconoció que todas las relaciones con el entrenador fueron consensuadas y que había mentido por enojo, ya que, después de cuatro años de relación, él le expresó su deseo de separarse, y ella sospechaba que había otra persona.
LA CAUSA
Gonzalo Maidana y Rambert Alexis Ríos son los abogados que defienden al entrenador. Ríos explicó que desde el momento de la denuncia su cliente “está medicado, deprimido, no puede trabajar porque la denuncia le arruinó la vida. Para la inmensa mayoría de los hombres es muy difícil recuperarse de una falsa acusación por violación”.
