Esta mañana, Rodrigo pidió ayuda a nuestro medio. Contó que hacía tres días dormía en una carpa, a la intemperie, tras llegar desde Rosario de la Frontera con la esperanza de vender choclos que había comprado para revender.
Angustiado, explicó que en Capital la gente está más acostumbrada al choclo blanco, y no al amarillo como el que él ofrecía. Ante la falta de ventas, optó por regalar o aceptar el pago que cada persona pudiera darle.
Tras la publicación, vecinos del barrio Autódromo se acercaron en masa y, en solo media hora, las 500 bolsas de choclo desaparecieron.
“Solo agradecerle a la gente. Esto me sirve de enseñanza. No voy a bajar los brazos. Las personas me dijeron que me van a seguir ayudando, pero ahora queda ver qué se puede comprar con lo recaudado. Lo primero que pienso es ir a ver a mi familia y pagar lo que debía del transporte”, dijo Rodrigo a Con Criterio Salta.
El joven comentó que, si bien 350 bolsas se entregaron a cambio de un pago a voluntad, las otras 150 quedaron reservadas para fundaciones y hogares que le pidieron que se las guardara para pasar a buscarlas durante el día.
“Estoy muy contento por la ayuda de la gente. Si todo sale bien y logro traer más, pero esta vez blancos, vamos a estar este domingo con un buen precio”, finalizó.
