Tartagal fue el escenario de un hecho alarmante que involucró a un trabajador municipal. El hombre, encargado de cuidar una plazoleta recientemente refuncionalizada en el centro de la ciudad, denunció haber sido secuestrado y amenazado por dos conocidos comerciantes, un padre y su hijo. Según se pudo conocer, los agresores lo obligaron a subir a su camioneta, lo apuntaron con un arma de fuego y lo interrogaron, acusándolo falsamente de ser un “delator” de sus negocios.
La denuncia fue presentada la semana pasada en Tartagal, pero hasta el momento no se ha tomado ninguna medida contra los responsables. A pesar de que el incidente fue registrado por el sistema de emergencias 911, ni la policía ni el Ministerio Público han actuado con la rapidez que exige la situación.
La hermana del trabajador municipal fue quien hizo pública la situación. Ella explicó que, al no encontrar a su hermano en su puesto de trabajo, lo buscó por los negocios cercanos y, al regresar, lo encontró rodeado por los dos agresores y policías. Al acercarse, escuchó cómo los comerciantes se burlaban de él y lo acusaban de colaborar con delincuentes.
El testimonio también detalló lo que sucedió durante el secuestro. El trabajador fue forzado a subir a la camioneta de los agresores, quienes lo amenazaron de muerte y lo presionaron para que revelara información sobre otros supuestos delincuentes. Tartagal, una ciudad tranquila, fue escenario de este acto de intimidación que dejó a la víctima completamente desconcertada y atemorizada por las consecuencias.
Hasta la tarde de ayer, las autoridades no habían tomado acciones concretas. Las imágenes del incidente fueron registradas por las cámaras de seguridad del sistema 911, pero aún no se han emitido órdenes de detención. Los familiares de la víctima exigen justicia, temen por la seguridad de su ser querido y critican la falta de respuesta efectiva por parte de la policía y la fiscalía en turno, que aún no han resuelto el caso.