Ayer se dio inicio al juicio por el caso de Puerto Deseado que causó conmoción a nivel nacional y sobre todo a nuestra provincia.
Se trata de la violación a la salteña, oriunda de Rosario de la Frontera, María Mercedes Subelza y el asesinato de su hijo Santino de 4 años, cuando estaban de paseo en la zona costera de aquella localidad. El único acusado, Javier Machado, es el único juzgado en esta instancia. El otro responsable, Omar Alvarado, se quitó la vida en una dependencia policial de Caleta Olivia.
El 20 de febrero del 2020, María Mercedes y su pequeño hijo caminaban por el sector costero de Deseado cuando fueron abordados por dos hombres. Estos la llevaron a un sector rocoso, alejado de la vista de la gente. Y mientras uno la abusaba, el otro mantenía sujeto al menor. En un momento, la víctima vio el rostro de uno de los agresores y este le gritó al otro que la mataría. “No voy a ir preso de nuevo”, habría exclamado, y le golpeó la cabeza con una piedra. Recién cuando la creyeron muerta escaparon. Mientras que a Santino lo tiraron por el acantilado.
Alvarado, el principal acusado, tenía 33 años al momento de cometer los atroces hechos y se mató ahorcándose con una sábana en su celda de la Comisaría Cuarta de la ciudad de El Gorosito un día antes de que se cumpliera un mes del crimen. El hombre padecía esquizofrenia. En el caso de Machado, antes de ser alojado en la capital santacruceña, se encontraba en el Centro Correccional Juvenil “Almafuerte” de Buenos Aires, donde estuvo hasta cumplir la mayoría de edad. Javier fue entregado por su padre, quien en el momento en que la Policía trabajaba en el hecho, envió un audio a medios radiales y dijo: “Si mi hijo lo hizo, que la pague”.