En marzo de 2017, en las inmediaciones del barrio 17 de Octubre, Daniela Paola Guantay, una joven madre de dos hijos y un bebé recién nacido, fue víctima de un crimen brutal que conmocionó a la provincia. Su nombre se hizo tristemente famoso debido a la extrema violencia del ataque. Daniela fue secuestrada, atada a una silla, golpeada, torturada, violada y mutilada antes de ser asesinada. Su cuerpo, arrojado en un descampado a orillas del Río Mojotoro, fue descubierto en un estado devastador.
Desde que Daniela desapareció, su familia emprendió una búsqueda incansable. Visitaron casa por casa sin hallar pistas y enfrentaron la indiferencia policial, lo que llevó a su madre a recurrir a los medios de comunicación.
El hallazgo del cuerpo de Daniela, hecho por una joven que buscaba a su caballo, sacudió a la comunidad. Los peritos, acostumbrados a escenas del crimen, quedaron impactados por la violencia del ataque. El cadáver, casi irreconocible debido a la brutalidad del ataque y los daños causados por los perros callejeros, fue identificado por su madre, Verónica, quien describió el estado en que se encontraba: “Mi hija era solo huesos; no sé si le tiraron ácido o algo así, era solo huesos, tenía un solo ojo. Lo primero que vi fue su ropa desparramada por el lugar”.
CONFIRMAN LA CONDENA PARA LOS ASESINOS
Hoy la Sala I del Tribunal de Impugnación decidió no aceptar las apelaciones presentadas por los abogados de los acusados en el caso del asesinato de Daniela Guantay. Los acusados son Carlos Alfredo Agüero, conocido como “Chury”; Norberto Silvestre, “Chiqui”; Julio César Monasterio, “Gordo Julio”; Juan Reynaldo Álvarez, “el viejo”; Griselda Marisel Urzagaste y una menor de edad. Esto significa que la sentencia original de prisión perpetua contra ellos se mantiene sin cambios.