La reina Isabel II tuvo un funeral de Estado en la Abadía de Westminster, en Londres, adonde llegó en un afuste tirado por decenas de marineros, ante decenas de dignatarios mundiales que despidieron a la longeva soberana del Reino Unido.
El féretro, seguido a pie por el rey Carlos III, los otros tres hijos de la reina, el príncipe heredero Guillermo y su hermano Enrique, llegó poco antes de las 11:00 (07:00 hora argentina) a la puerta oeste de esta iglesia gótica, tras una breve procesión al ritmo del sonido de gaitas.
Las puertas de la Abadía de Westminster se abrieron esta mañana para la celebración del funeral de Estado de Isabel II, luego del cierre de la capilla ardiente en la cual durante 10 días -en distintas locaciones- cientos de miles de ciudadanos y ciudadanas del Reino Unido despidieron a la reina, fallecida el 8 de este mes a los 96 años.
El féretro fue escoltado por 142 marinos de la Marina Real, una tradición que se remonta al funeral de la reina Victoria en 1901.
El rey Carlos III estuvo acompañado por miembros de la familia real y miembros de la casa real, que caminaron detrás del ataúd por las calles de Westminster, que fueron en gran parte cerradas al tráfico, hasta la Abadía, que tiene capacidad para más de 2.000 personas.
Los príncipes Jorge, de nueve años, y Carlota, de siete, hijos de Guillermo, el nuevo heredero de la corona, formaron parte de la procesión.
En medio del servicio, que es dirigido por el decano de Westminster, David Hoyle y cuyo sermón fue pronunciado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, Reino Unido guardó dos minutos de silencio en honor de la difunta reina Isabel II.