La falta de tratamiento en el Congreso permitió un fuerte aumento en las dietas. Algunos legisladores se manifestaron en contra y proponen donar parte del salario o limitarlo.
La falta de tratamiento en el Congreso permitió un fuerte aumento en las dietas. Algunos legisladores se manifestaron en contra y proponen donar parte del salario o limitarlo.
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Tras el vencimiento de la resolución que congelaba sus sueldos, los senadores nacionales pasarán a cobrar más de 9 millones de pesos brutos mensuales, lo que representa 7 millones en mano, generando una fuerte polémica en el escenario político y social argentino.
El aumento se dio automáticamente luego de que el Senado no prorrogara la medida impulsada por la vicepresidenta Victoria Villarruel, que regía hasta el 31 de marzo. La suba del 2,7% acordada por el gremio legislativo se aplicó sobre los módulos salariales que integran la dieta de los legisladores.
Mientras tanto, algunos senadores manifestaron su rechazo. José María Carambia, representante de Santa Cruz, decidió sortear dos millones de pesos: uno para ONGs y otro entre vecinos de su provincia. Por su parte, Luis Juez, senador cordobés, pidió mantener congelada su dieta durante todo 2025: “No es momento para discutir salarios en la política”, afirmó.
En medio del escándalo, se reavivó el debate sobre los privilegios de la clase política. El senador Francisco Paoltroni propuso permitir que los legisladores renuncien total o parcialmente a sus dietas y fijar sueldos equivalentes a 10 jubilaciones mínimas. En la misma línea, José Mayans presentó un proyecto para que ningún funcionario del Estado cobre más de 20 salarios mínimos.
El tema sigue generando reacciones dentro y fuera del Congreso, en un contexto de crisis económica y creciente descontento social.